viernes, marzo 10, 2006

Introduccion


Ya no pienso ya no siento
Ya no se quien eres
Los muertos nunca extrañan
Los vivos siempre mueren

Siempre calmo e indiferente
Nunca eres tu quien muere
Los vivos ya no extrañan
Los muertos ya no hieren


La nota manuscrita descansaba en el piso de ónice negro mientras K a su lado, con el cráneo despedazado y la mirada perpendicular al piso, no veía ni la nada. Según el informe policial la muerte había sido instantánea. La nota, sin firma ni destinatario aparente, tal vez escrita por el difunto, se la suponía una despedida, incluso un intento por dejar una vistosa imagen de si mismo. Pero los que creían conocerlo, saben que K no era el tipo de persona que se preocupa por como hablaran de él, ni mientras vivía, ni luego de muerto. Sus razones podrán ser desentrañadas solo por los que conozcan su vida, y verdaderamente somos pocos.

2 Comments:

Blogger Leticia said...

si el señor se llama K puede ser que halla muerto por agotamiento de metamorfosis o de burocracia estatal, o tal vez -más íntimo pero más doloroso- por asfixia de las leyes paternasocialesreligiosas/ o quizás se haya tomado en serio lo que dijo el viejo Karl y no esté muerto sino intoxicado, siendo víctima del opio de los pueblos..
Creo que me fui un poco... Tal vez no sea nada de eso, y este K, ya tenga escrito su destino...
¿Cómo saberlo? Deberá posar sus dedos sobre el teclado y caminar por la tierra oscura de la literatura...
(Se me ocurre que a esta historia le haría bien una mujer, pero tal vez solo sean mis principios feministas)
saludos desde la oscuridad de las letras

8:41 p. m.  
Blogger Leticia said...

Sr. danazasi ¿cómo sigue su historia? ¿o ya murió? Hagale un by pass y que vuelva a latir, dele ¿si?
ahhh olvidaba la invitación a transcurrir por mi hueco: www.tantaspalabras.blogspot.com
espero sus lecturas...

9:23 p. m.  

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